10 noviembre 2008

Que las aguas se llenen de una multitud de seres vivientes

Las más novedosas teorías evolutivas apuntan a la posibilidad de que la razón de la pérdida del pelo y la adopción de nuestra postura erguida tan característica se debe a que nuestros antepasados se adentraron en el agua...
... yo estoy convencida de que desciendo de aquellos que,
desde las ramas de los árboles, miraban estupefactos a los anteriores con cara de "estáis locos..."

Pero a pesar de mi reticencia a interaccionar con el líquido elemento, soy de las que cree firmemente en las terapias de choque, por lo que no se me ocurrió nada mejor para superar la misma que realizar un curso de buceo, el cuál transcurrió entre peripecia
y peripecia...

Como la mayoría de las cosas, la teoría está muy bien pero no es hasta que no creas tus propias experiencias en la materia cuando realmente te de das cuenta de cómo va el asunto. Por eso este fin de semana hemos bajado a Mazarrón a tener nuestro primer contacto con el buceo en aguas abiertas...

Una de las cosas que me han sorprendido (aparte del hecho de conseguir no ahogarme) ha sido la sensación de paz y tranquilidad que se experimenta allí abajo. Realmente sólo estás tu, tu respiración y una sensación de libertad que consigue que te olvides de todo por un rato (*). Allí las dimensiones se distorsionan totalmente, el tiempo transcurre mucho más despacio y nunca eres consciente de la profundidad en la que te encuentras. Al volver a la superficie te invade una sensación de satisfación (es lo que tiene sobrevivir), te quedas como un guante y con ganas de repetir. Aunque nunca olvidas que si todo ha ido bien, si la visibilidad ha sido perfecta y la inmersión ideal es porque el mar te ha dejado, asi que tambien es necesario estar un poco agradecido a los elementos...

Resumiendo:

Nikophobias--

Ahora, a por la siguiente...

(*) bueno, eso es un tanto idílico, también está el manómetro que no lo encuentras nunca (casi siempre cuando estás angustiado buscándolo para ver cuanto aire te queda), el agua que te entra en las gafas, las aletas que se te enganchan en todos los lados porque eres más torpe que un cerrojo, tus compis buceadores con los que te vas chocando constantemente porque todos tenéis el mismo sentido del equilibrio que un borracho, la comodidad que proporciona el equipo que te permite un grado de agilidad tal que cuando te quedas panza arriba eres lo más parecido a una tortuga agonizando en la playa, el comportamiento de los plomos que en algunas personas les hacen el mismo efecto que una bolsa de plástico y en otros les permite convertirse en proyectiles barco-fondodelmar etc...

4 comentarios:

Niko dijo...

La frase del título está sacado del Génesis, del fragmento en el que Dios crea los animales...

Mairi dijo...

Jop mira que yo era reacia pero después de leerte: ...sensación de paz y tranquilidad que se experimenta allí abajo. Realmente sólo estás tu, tu respiración y una sensación de libertad que consigue que te olvides de todo por un rato... creo que seguro me animo. Silencio garantizado!
Me ha encantado el post Niko :)

Espiguita dijo...

Repetimos???? :P

Nualak dijo...

jop, me parece algo que hay que probar, pero y aunque me encanta el agua... creo que me moriré deangustia ahí abajo :-s
Bicos pqñas